FEMINISMO DE LAS TRIPAS
¿Qué pasa si admitimos que la biología es más queer, más extraña, menos soberana y más inter-activa, ingobernable y rumiante de lo que estaríamo dispuestas a admitir?
En Feminismo de las tripas, Elizabeth Wilson expone la resistencia femenista a los datos biológicos y farmaceúticos. Contra esta corriente, dirige su atención al intestino y la depresión, y se pregunta qué innovaciones conceptuales y metodológicas son posibles cuando abandanamos el impulso antibiológico. En este contexto, examina la investigación sobre antidepresivos, placebos, transferencia, fantasía, trastornos alimentarios y suicidio con dos objetivos: mostrar cómo los datos farmacéuticos pueden ser útiles para la teoría feminista y abordar la necesidad de la agresión en la política feminista. Desde su punto de vista, la teoría feminista sería más poderosa si pudiera prestar atención a los datos biológicos y si tolerara su propia capacidad para hacer daño. Así, ante un panorama en el que la preocupación por la materia genera sospechas de apoliticidad. Wilson afirma de forma desafiante que la reflexión crítica en torno a la materialidad es crucial para la teoría feminista