HILO ROJO DE LA PANDEMIA EL
El Hilo Rojo fue a lo largo de la pandemia una referencia de rigor científico y sensibilidad. En momentos de zozobra y perplejidad, las notas y testimonios de los trabajadores de la salud fueron una bocanada de aire fresco. Quienes esperábamos la aparición periódica en esos días lejanos y a la vez recientes, celebramos esta recopilación que debería estar presente en todas las bibliotecas públicas y ser incorporado a las curriculas en las escuelas. No solo como un riguroso aporte documental sino como un ejemplar de compromiso en tiempos difíciles.
Pablo Feldman
No me imagino las preguntas que se hacían quienes veían morir a su alrededor a sus afectos en el medioevo por distintas pandemias. ¿A quiénes les preguntaban qué pasaba los que en calles desiertas apilaban cuerpos en carretas que luego se sabría habían sido víctimas de la viruela, el sarampión, la influenza o la fiebre amarilla? ¿En cuánto tiempo alguien, aun sin microscopios ni vacunas, les respondía que no tenían idea de qué pasaba y que tal vez todo se debía a una represalia de los dioses o de la naturaleza? Viruela, rabia, poliomelitis, sida, dengue, hepatitis, ébola, Sars y tantos otros virus vinieron después.
Llegamos al Covid 19 en 2020 y creo que algo se repitió: el desconcierto y la impotencia, la pelea contra el sentido común y el implorar por una acción colectiva porque ya sabemos desde las tragedias griegas a las actuales que <<nadie se salva solo>>.
En Rosario la existencia de <<El Hilo rojo. La voz de lxs trabajadorxs de la salud colectiva y la comunidad>>, tal como se titula este libro, marcó una diferencia ante tanto desasosiego. La asamblea de trabajadores de la salud del Gran Rosario demostró que las crisis sanitarias requieren también compromiso político para intentar dar respuestas a toda la población por igual. Y eso incluyó a sus agentes, a los que pusieron el cuerpo sin dudar y que esta vez, gracias a las redes, contestaban de inmediato sobre qué sabían y qué no y además contenían, informaban, comunicaban a los medios, discutían, investigaban, se peleaban entre sí y con los gobiernos y funcionarios de turno; con la población negadora, escribían comunicados, alertaban y accionaban tratando de esquivar las lógicas mercantiles, en búsqueda de una salida que fuera mucho más allá que apilar cadáveres o convertirlos solo en cifras. Algun@s verán en un hilo rojo, rasgos de la mitología oriental o un símbolo de la suerte. Estos trabajador@s de la salud demostraron que no es un gesto romántico ni solo literario. Fue y es mucho más. Una salida humana y solidaria ante la desdicha planetaria. He aquí la versión de los hechos: pasen y lean.
Laura Vilche