NO QUIERO VOLVER A MI CASA
Con sutileza elegante y prosa notable Camila borda una familia que vive en el sur argentino... y queda atrapada bajo el microscopio de la autora". Es muy exacta esa interpretación pero además agrego que es una familia inquietante y fuerte. Cómo quizás lo sea la propia Camila, nuestra profesora de los Talleres Literarios Carver, a quién tanto queremos.
Los dejó con estos relatos que espero disfruten tanto como yo.
PEZ
"Cómo solía pasarle los domingos cuando iba a pescar con su hijo mayor Roberto se despertó mucho antes de levantarse. Había tenido el sueño nuevamente: su hijo pescaba un pez enorme y cuando lograba sacarlo del agua después de una larga lucha, no lo podía matar con nada. El, a su lado, intentaba ayudarlo pegándole en la cabeza con piedras, pero el pez resistía y seguía intentando respirar afuera del agua. Luego, le pedía a su hijo que sostuviera fuerte al pez para poder meterle los dedos en la boca y quebrarle la mandíbula. El hijo se negaba y ahí se despertaba".
CANGREJO
"Todos los años íbamos al mar que nos quedaba más cerca: mis tíos, mis primos, mi papá, mi mamá y mis hermanos.
Mis tíos, Edith y Enrique, eran un ejemplo de matrimonio y cuando yo tenía unos ocho o nueve años caminando con mi tía a solas por la playa me animé a preguntarle cuál era el secreto de un matrimonio feliz. Edith dijo que estar casada era un trabajo, un poco cada día. Como era maestra sabía explicar todo muy bien y tenía un manejo del discurso y las situaciones que era imposible no preferirla por sobre la actitud de mi mamá, dura y como si le costara estar con el otro. De chica, a veces me imaginaba que se quemaba mi casa, morían todos y mis tíos de me adoptaban".