ALBERDI
El inspirador de la Constitución de la Nación Argentina. El prócer sin feriado. El abogado, el
historiador, el economista, el filósofo, el escritor, el músico. Un personaje que puede ser reivindicado por el actual presidente, Javier Milei, pero con una producción intelectual tan vasta y aluvional que es capaz de albergar varias posibles refutaciones para los elogios del mandatario.
Ignacio García Hamilton dijo que Alberdi fue el padre de la ley fundamental y a la vez,
incapaz de reconocer a su propio hijo: vivió por y para la Argentina, pero se fue a los veintiocho años, exiliado, escapando del rosismo; volvió recién a los sesenta y nueve por un período muy corto y murió a los setenta y tres en París. Vivió más de cuarenta años fuera del país.
La historiadora María Victoria Baratta se sumerge en los datos, las polémicas y esencialmente en la enorme producción intelectual de Alberdi para ofrecer un retrato vital en su complejidad y transparente incluso en las dudas, marchas y contramarchas del autor de Bases y puntos de partida
para la organización política de la República Argentina. Y arriesga, en el comienzo de este
rompecabezas fascinante: Aquellos a los que identificamos como héroes de nuestra historia son, en general, personas que se
dedicaron a la guerra o que alguna vez participaron en una batalla, y Alberdi no participó en ninguna. Vivió entre 1810 y 1884, casi todo el siglo XIX, un siglo dominado por las guerras de independencia, las guerras civiles, guerras internacionales. Pero no empuñó nunca las armas y dedicó la mayor parte de su vida a escribir. [?] Quizá no sea tan conocido como otros personajes
históricos porque quienes primero escribieron sobre historia argentina no se llevaban bien con él.