ENVIDIA
Había llegado a la conclusión de que la justicia era una cosa que le estaba negada a las mujeres, así que se metió en el cobertizo. Allí aguardaba de pie la escopeta del viejo. Dos noches atrás ella la había puesto ahí porque iba a necesitarla.
María, Isotta y Florencio son los hijos de don Angelici, el tano dueño de un campo. Las hijas se casan y se mudan a Rosario a llevar vidas de esposas. Florencio y Alba, su mujer, se quedan a trabajar la tierra y a cuidar del ?papá?.
Isotta lleva una vida apacible solo interrumpida, de vez en cuando, por sus emociones cuando la arrasan.María canta el tango como ninguna; María es hermosa, simpática y audaz. Conoce a Luis, un bandoneonista que la invita a la milonga en la que toca. Ella se escapa para verlo y, además, sube al escenario a cantar. El público queda embelesado.Y ella también: se siente viva por primera vez en su vida.Así empieza esta historia de amores, de promesas, de sueños.
Y de envidia. Porque Alba no puede soportar deslomarse en el campo solo a cambio de techo y comida mientras las otras viven cómodas en la ciudad, mientras todos escuchan cantar a María en la radio. Entonces, Alba mete púa: le dice todos los días al cándido de Florencio que ellos merecen más que las otras.
Entonces, urde un plan.