TU, QUE TE ESCONDES
Ambientados en un momento preciso de la memoria de un pueblo y definidos
por su autora como histórico-fantásticos, varios de ellos están inspirados en antiguas leyendas. En "Retrato de dama sin nombre", en el
instante que linda entre la vigilia y el sueño, una joven atisba en un espejo un crimen que supone ha sucedido años atrás; en "Aquesta confusa tierra" aparece la enamorada del primer poeta argentino, al que nunca ha
visto, y asiste a una cita fantasmal en una casona donde acecha una víbora coral; en otro cuento excepcional, una mestiza extremará sus
plegarias contra la plaga para liberar a una mujer cautiva en la habitación de una estancia. Algunos hechos tienen de fantástico solo la
temeridad de sus mujeres, como el que transcurre durante las invasiones inglesas -basado en unas líneas de Walter Scott-, y el de aquella mulata que quería casarse a toda costa, en momentos en que la mayoría de los
hombres estaban ocupados en contiendas y revoluciones. La guerra civil, impiadosa, marca una realidad más terrible que cualquier horror
imaginado, pero una joven y su primo, que se aman a pesar de estar en bandos opuestos, y una niña que adora las rosas en medio de una tierra agreste demostrarán que una parte del ser humano no está dispuesta a rendir sus sueños.