DIABLO EN LA BOTELLA EL
Keawe, un nativo de Hawái, adquiere una extraña botella de un caballero también muy extraño. Este último le promete que el demonio que la habita puede cumplir todos sus deseos, excepto uno: prolongar su vida. Pero le aclara que quien posea la botella debe cumplir una serie de requisitos: antes de morir, debe venderla a otra persona; el precio de venta deberá ser menor del pagado por ella, y el nuevo dueño debe ser consciente de la situación. Los deseos de Keawe comienzan a cumplirse: hereda una fortuna con la que construye una mansión. Obtenido esto, vende la botella, se casa, continúa con una buena vida hasta que enferma. Para curarse, rastrea la botella hasta que puede volver a comprarla, pero lo hace a muy bajo precio. Ya curado, intenta volver a venderla, pero es en vano, ya que nadie quiere arriesgarse a adquirir tan poderoso objeto. Entonces, su esposa decide sacrificarse y convence a un anciano para que la compre por ella, a cuatro céntimos, con la condición de que la joven, en secreto, se la comprará luego por tres. Cuando Keawe descubre esto, decide adquirir la botella otra vez y salvar a su mujer. Para ello, pide a un marino que la compre por él; aquel lo hace pero luego rehúsa venderla, de modo que el matrimonio queda a salvo.